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La expansión hotelera en Quintana Roo: Un motor de crecimiento con desafíos inherentes
2025-09-02

En el vibrante estado de Quintana Roo, una región que se consolida como un epicentro turístico de América Latina, la narrativa actual no se centra únicamente en las cifras de ocupación hotelera, sino en la sólida y continua expansión de su infraestructura. Lejos de percibir la estabilización de la ocupación en un 80% como un signo de declive, las autoridades turísticas la interpretan como un indicador de una evolución planificada y sostenible. La adición de miles de nuevas habitaciones anualmente subraya una ambiciosa estrategia para diversificar el turismo, extendiéndolo más allá de los destinos tradicionales y buscando un impacto positivo y equitativo en todas las comunidades.

Detalles del Desarrollo Turístico en Quintana Roo

El día 2 de septiembre de 2025, en la ciudad de Cancún, el Secretario de Turismo de Quintana Roo, Bernardo Cueto Riestra, ofreció una profunda reflexión sobre la dinámica del sector hotelero en el estado. En un análisis perspicaz, Cueto abordó la cuestión de por qué Quintana Roo, a pesar de su indiscutible liderazgo turístico en América Latina, mantiene su ocupación hotelera anual por debajo del 80%. Con una postura optimista, enfatizó que esta cifra, lejos de ser un síntoma de estancamiento, revela una expansión turística sin precedentes y sólidamente sostenida.

El funcionario gubernamental destacó un impresionante crecimiento en la capacidad de alojamiento. En el año 2022, el estado contaba con 127,399 habitaciones. Para 2023, esta cifra se elevó a 130,123, y en el presente año 2024, ha superado las 135,430 habitaciones distribuidas en 1,474 establecimientos hoteleros. El último año fue particularmente notable, con la incorporación de 5,300 nuevas habitaciones, lo que ha consolidado a Quintana Roo como uno de los destinos con mayor oferta hotelera del continente, incluso superando la capacidad de París y acercándose a tan solo 15,000 habitaciones de igualar a Las Vegas.

Además, Cueto Riestra detalló que en 2024 se registraron 36.2 millones de noches de habitación ocupadas, lo que se traduce en más de 17.2 millones de visitantes alojados en hoteles formales. Un aspecto crucial de esta expansión es su descentralización. El desarrollo no se limita a las icónicas playas de Cancún y la Riviera Maya, sino que se irradia hacia destinos emergentes como Tulum, Isla Mujeres, Bacalar, Mahahual, Holbox y la región de Maya Ka’an.

El Secretario subrayó que esta evolución se impulsa mediante una combinación estratégica de infraestructura diversificada, inversiones con un enfoque sostenible, el impulso decisivo del Aeropuerto Internacional 'Felipe Carrillo Puerto' en Tulum, y una robusta estrategia de promoción turística que favorece la distribución equitativa de los flujos de visitantes. Sin embargo, Cueto también reconoció las responsabilidades inherentes a este crecimiento, señalando la necesidad de una planificación urbana meticulosa, la mejora de los servicios públicos, la optimización de la movilidad, el fortalecimiento de la seguridad y la priorización de la sostenibilidad y el cuidado del entorno natural.

Finalmente, el funcionario elogió el liderazgo de la gobernadora Mara Lezama, bajo cuya gestión se promueve un modelo turístico más humano y social. La meta trascendente, según Cueto, no es meramente superar el 80% de ocupación, sino asegurar que el crecimiento turístico se traduzca en un tangible bienestar para todas las comunidades de Quintana Roo, consolidando así el sector como el principal motor económico del estado.

Reflexiones sobre el Desarrollo Turístico de Quintana Roo

Como observador del dinámico panorama turístico, este informe sobre Quintana Roo inspira una reflexión profunda sobre la sostenibilidad y el propósito del crecimiento. Es fácil caer en la trampa de medir el éxito únicamente por porcentajes de ocupación, pero la visión del Secretario Cueto nos recuerda que el verdadero triunfo reside en cómo este desarrollo se traduce en prosperidad para las comunidades y en la preservación de los recursos naturales. La expansión hotelera, aunque vital, debe ir de la mano con una planificación consciente y responsable. La descentralización del turismo hacia destinos como Tulum o Bacalar es una estrategia inteligente para distribuir los beneficios y mitigar la presión sobre las áreas más concurridas. Sin embargo, esto también plantea desafíos en la gestión de servicios y la protección del ecosistema local. El compromiso con un modelo turístico más humano y social, bajo el liderazgo de la gobernadora, es una dirección admirable y necesaria. Al final, la esencia no es cuántos visitantes llegan, sino cómo su presencia contribuye a un futuro más equitativo y próspero para los residentes, asegurando que el motor económico beneficie a todos.

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