La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha manifestado su inquietud ante la desaceleración económica que se vislumbra en el país, influenciada en gran medida por las políticas comerciales del expresidente estadounidense, Donald Trump. Esta situación plantea una amenaza directa para Quintana Roo, un estado cuya prosperidad económica está intrínsecamente ligada al turismo, representando más del 80% de su Producto Interno Bruto. La presidenta de Coparmex, María Jovita Portillo Navarro, advierte que cualquier merma en el consumo interno, la inversión o la estabilidad jurídica podría comprometer severamente el motor de desarrollo de la región. En consecuencia, la renovación y modernización de los establecimientos hoteleros se ven en peligro, ya que la disminución de visitantes nacionales erosionaría la viabilidad de proyectos a largo plazo destinados a mantener la competitividad del destino.
Además, Portillo Navarro señaló que uno de los principales factores de riesgo a nivel nacional es la incertidumbre generada por la política comercial de Trump. El anuncio de posibles aranceles del 30% a productos mexicanos, programados para el 1 de agosto si no se cumplen ciertos resultados en seguridad, podría agravar la situación. Esta medida tendría un impacto directo en la economía, disminuyendo el poder adquisitivo y, por ende, el flujo de turistas mexicanos hacia destinos como Quintana Roo. La reducción del turismo interno no solo afectaría a los hoteles, sino también a sectores clave como el transporte, la gastronomía y otros servicios turísticos, frenando así la inversión en infraestructuras y servicios relacionados.
Esta preocupación se fundamenta en datos recientes, como la disminución de pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) durante el primer semestre de 2025, según informes del Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR). En contraste, República Dominicana ha experimentado un crecimiento récord en la llegada de turistas durante el mismo periodo, evidenciando un cambio en las dinámicas del mercado turístico regional. Estos indicadores subrayan la vulnerabilidad de Quintana Roo ante fluctuaciones económicas y políticas externas, y la necesidad de estrategias sólidas para mitigar los impactos negativos y asegurar la sostenibilidad de su principal industria.
Es imperativo que, ante estos desafíos, se fomenten la resiliencia y la adaptabilidad. La colaboración entre el sector público y privado, junto con la implementación de políticas innovadoras, puede fortalecer la economía local y diversificar las fuentes de ingresos, garantizando un futuro próspero y estable para Quintana Roo y sus habitantes. El espíritu de unidad y la visión a largo plazo serán fundamentales para superar la adversidad y construir un destino turístico aún más robusto y atractivo.