Durante el segundo trimestre de 2025, la imagen de Madrid como destino turístico ha sufrido un notable deterioro, obteniendo una calificación de 4.2 sobre 10. Este descenso, revelado por el Barómetro de Percepción Turística de LLYC, subraya la creciente inquietud en torno a la gentrificación y la proliferación de viviendas turísticas sin autorización. La conversación digital, que incluye redes sociales y foros, refleja un predominio de opiniones negativas, señalando la presión sobre el mercado de alquiler y la saturación de ciertas áreas. A pesar de estos desafíos, el sector turístico madrileño continúa siendo un motor económico clave, generando empleo e ingresos significativos, como lo demuestra el aumento en la llegada de visitantes y el crecimiento del gasto turístico. No obstante, la sostenibilidad y la convivencia entre residentes y visitantes se perfilan como retos fundamentales para el futuro.
El aumento del 44% en los comentarios sobre turismo en plataformas digitales durante el segundo trimestre, superando los 60.000 mensajes, revela la magnitud de la conversación pública. Sorprendentemente, más de la mitad de estos comentarios (54.5%) expresan un sentir negativo, mientras que solo un 13.5% son favorables. Este fenómeno se atribuye, en gran medida, al debate en torno a los alojamientos turísticos irregulares. Se estima que más de quince mil propiedades operan sin la debida licencia, exacerbando la insatisfacción de los habitantes locales, quienes denuncian el desplazamiento de vecinos y el incremento desmedido en los precios de la vivienda.
El Plan Reside, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, ha intensificado la controversia. Esta iniciativa, que permite la transformación de edificios residenciales en espacios para el turismo por un período de quince años, ha sido interpretada por las asociaciones de vecinos como una medida que fomenta la gentrificación y beneficia primordialmente a los grandes inversores. La percepción es que se prioriza el lucro turístico sobre el derecho fundamental a la vivienda, lo que ha desencadenado diversas manifestaciones ciudadanas en contra de la pérdida de la identidad local en barrios que se han visto fuertemente impactados por la masificación. Incluso el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas ha enfrentado críticas negativas relacionadas con la seguridad y la higiene, lo que podría afectar la percepción general de la ciudad entre visitantes e inversionistas.
A pesar de estas preocupaciones, el turismo sigue siendo una fuerza positiva para la economía madrileña. Durante el período analizado, la afluencia de visitantes se incrementó en un 12.5%, lo que se tradujo en un aumento del 20.8% en el gasto turístico. El turismo de congresos y eventos, por ejemplo, generó 5.674 millones de euros en 2024, consolidando a Madrid como un epicentro para encuentros profesionales de relevancia. Además, se han implementado estrategias para mitigar la presión turística, como la campaña \"Te Faltan Calles\", que busca descentralizar el flujo de visitantes y promover áreas menos conocidas de la ciudad. La Guía de Turismo Familiar, con sus 200 opciones culturales y naturales, también contribuye a diversificar la oferta y atraer a un público más amplio.
La situación actual en Madrid resalta la complejidad de gestionar un sector turístico en auge en un entorno urbano densamente poblado. Aunque el impacto económico del turismo es innegable y positivo en muchos aspectos, los desafíos relacionados con la gentrificación, la ilegalidad en el alojamiento y la saturación urbana demandan una atención urgente y soluciones integrales. El equilibrio entre el crecimiento turístico y la calidad de vida de los residentes será crucial para la reputación futura de la capital española y para garantizar un desarrollo sostenible del sector.